JOSE
MARIA MORELOS.- Prácticas y creencias mayas como lo fuera el caso de las
cabañuelas al paso del tiempo se han ido perdiendo entre los propios campesinos
del sur de Quintana Roo, que han vivido el peor sexenio en la agricultura,
apicultura y ganadería, consecuencia del cambio climatológico y nulo acierto a
las visiones; hecho que sin duda, ha venido a marcar un panorama desolador sin
que los gobiernos lograran ayudar.
Marcelo
Poot Pat campesino de la comunidad de Tabasco reconoció que las cabañuelas,
herencias de los tatarabuelos, se han ido perdiendo porque ahora un campesino muy
difícilmente logra acertar a un buen estado de clima que les garantice una
siembra y cosecha exitosa como antes solía ocurrir.
Indicó
que si bien, no la mayoría de los campesinos han dejado de practicar esta
creencia maya, algunos ya lo han dejado de ejercer, porque en los últimos seis
años han vivido fenómenos naturales de improviso que han terminado de dañar las
zonas agrícolas.
Hizo
énfasis a las nuevas generaciones de campesinos que viven la era de la
tecnología y han olvidado estas tradiciones, algo que asegura, es preocupante
porque en un futuro quizá esta práctica dejará de persistir.
Agregó
que en años atrás la práctica de las cabañuelas rendían los resultados
esperados entre los propios campesinos, pero al paso del tiempo y cambio
radical del clima, la situación ha ido cambiando, al grado que, no hay nada
seguro sobre el estado del clima que garantice a los campesinos la siembra a
tiempo, sin complicaciones y con abundantes cosechas.
Comentó
que las cabañuelas es una creencia ancestral de los antepasados que mucha gente
que antes lo practicaba, creyendo que lleva el control de las lluvias para sembrar y cosechar en forma
exitosa, sin embargo, lo han ido olvidando.
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